Casada con el Enemigo de mí Hermana
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Casada con el Enemigo de mí Hermana
Alexandra Megan Granger Burke (Alex) – 16 años
Prólogo
Soy la hermana menor de Hermione Granger, (solo por tres años). Y estoy casada con el enemigo de mi hermana, o bueno era su enemigo hasta hace poco, el nombre de mi fabuloso esposo (sarcasmo), es Draco Malfoy, o como yo le digo el gruñón. Estoy casada con él desde hace cuatro años, me case cuando apenas había cumplido los 16 años, y siempre cuando me hago la misma pregunta de ¿Cómo ocurrió esto?, solo se me viene un nombre a la cabeza: Ronald Weasley, sí, el tonto de mi cuñado, casi lo mato cuando me metió en ese embrollo, pero ya ni llorar es bueno, además él no tiene la culpa de todo, yo también tengo la culpa por aceptar ese trato con los Malfoy’s, ellos me dijeron que solo estaría casada con su hijo un año, y yo acepte porque me dijeron que solo tenía que aparentar ser su esposa, pero después de casados el ministerio dijo que serían cuatro años, no uno, yo me quería morir en ese momento, para acabar de empeorar las cosas teníamos que cumplir con otra petición más.
—Alex —escuche la voz de mi hermana llamarme.
—¿Qué pasa, Mione? —le pregunté, pero al girar para mirarla—, ¿Qué hacen ellos aquí? —grité al ver a esas personas.
—Cálmate —me dijo Ron que estaba de la mano de con mi hermana.
—Así que tú eres la hermana de Granger, sí, creo que eres la indicada —dijo la mujer rubia, mirándome de pies a cabeza.
—¿Indicada? ¿Indicada para qué? —pregunté.
Mi hermana y Ron estaban mirando todos mis movimientos muy fijamente, como si yo fuera una bomba a punto de estallar.
—Para ser la esposa de nuestro único hijo, vas a tener el honor de estar casada con un Malfoy, niña —dijo el hombre de cabellera rubia, mirándome con superioridad.
—¡¿Qué?! —grité—. No me casare ni con su hijo ni con nadie, apenas tengo 16 años —seguí gritando.
—Hermione —dije, pero ella solo me miraba, no me daba ni una explicación sobre todo esta rara… situación.
—¿Qué pasa, Mione? —le pregunté, pero al girar para mirarla—, ¿Qué hacen ellos aquí? —grité al ver a esas personas.
—Cálmate —me dijo Ron que estaba de la mano de con mi hermana.
—Así que tú eres la hermana de Granger, sí, creo que eres la indicada —dijo la mujer rubia, mirándome de pies a cabeza.
—¿Indicada? ¿Indicada para qué? —pregunté.
Mi hermana y Ron estaban mirando todos mis movimientos muy fijamente, como si yo fuera una bomba a punto de estallar.
—Para ser la esposa de nuestro único hijo, vas a tener el honor de estar casada con un Malfoy, niña —dijo el hombre de cabellera rubia, mirándome con superioridad.
—¡¿Qué?! —grité—. No me casare ni con su hijo ni con nadie, apenas tengo 16 años —seguí gritando.
—Hermione —dije, pero ella solo me miraba, no me daba ni una explicación sobre todo esta rara… situación.
Última edición por Renesmee Cullen de Malfoy el Sáb Abr 26, 2014 4:05 am, editado 3 veces
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Re: Casada con el Enemigo de mí Hermana
Futura Esposa
POV Lucius
—Draco se tiene casar —dije.
—¿Casar? —preguntó Cissy.
—Es la única solución que le encuentro a este problema, Cissy —le dije a mi esposa, que todavía no podía creer lo que le había dicho antes.
—¿Pero con quién? ¿Quién se va a querer casar con Draco, después de todo lo que hemos hecho? —preguntó confusa.
—A caso no lo adivinas.
—No, o bueno la única que se me ocurre que podría ser es Astoria Greengrass, pero ella está en la misma situación que nosotros —dijo.
—No, no mujer, por supuesto que Astoria no es la futura esposa de Draco —Cissy me miraba expectante-, la futura esposa de Draco será la heroína de guerra.
—¿Granger?, estás hablando de Granger —preguntó.
—¿Acaso hay otra heroína de guerra? —que acaso no era obvio.
Cissy sonrió nerviosa.
—¿Y crees que Granger aceptara? —pregunto Cissy.
—Ella tiene que aceptar, la convenceré —dije.
—La convencerás o la amenazaras.
—-La convenceré, Cissy, quizás con unos miles de galeones acepte —dije muy seguro, claro que aceptara, todos tienen su precio.
—Estamos hablando de Granger, Lucius, y a ella no le importa el dinero —dijo mi esposa.
—Todos tienen un precio —dije.
—Pues ella rechazara tu oferta, además por lo que sé, Granger ahora es la novia del Weasley.
Weasley no es problema.
—Ella aceptara, porque por lo que pude ver a Granger siempre le gusta hacer lo correcto.
—¿A qué te refieres con lo ‘correcto’?
—Lo correcto para Granger es ayudar a los demás, ayudar a los que necesitan protección, aun a pesar de su propia felicidad, y siendo ella la única que puede ayudarnos lo hará, porque Granger más que nadie sabe que los que decidimos abandonar a Lord Voldemort, estamos en peligro, nuestras vidas corren peligro, los mortífagos que pudieron escapar van a intentar acabar con nosotros. Ya lo intentaron con los Parkinson.
—Puede que tengas razón, Lucius, pero y si…
—-Aceptará, estoy seguro, además sin que nosotros le pidiéramos que declarara a favor nuestro en el juicio ella lo hizo, y no solo ella también Potter y Weasley.
—Sí, Granger nos ayudará, además por lo que sé, solo tendrá que estar casada con Draco un año, ya luego del año de casados se divorciaran y cada quien podrá hacer con su vida lo que quiera —dijo Cissy, al parecer ya estaba más segura con el tema de la Granger.
—Claro, con un año con que Draco esté casado con Granger bastara, para obtener la protección que necesitamos, aparte el ministerio pensara que hemos cambiado de parecer sobre los sangres impuras, siendo Granger una impura, y eso también nos hará recuperar el respeto de los demás magos.
—Brindemos por eso, cariño —me dijo Cissy, sirviendo dos copas con whiskey de fuego.
Me dio la copa.
—Salud —dijo.
—Salud —dije a la vez que chocábamos las copas.
Después de brindar, decidí enviarle una carta a Granger, para que venga lo antes posible.
—Voy a mi despacho porque le escribiré a Granger para hablar sobre el trato que le voy a proponer —le dije a Cissy.
—Esté bien —contestó mirando su copa casi llena.
POV Draco
Llegue a Malfoy Manor por red flu, me sacudí la ropa y cuando levante la mirada, vi a mi madre sentada con una copa en la mano, y otra copa sobre la mesa de centro, pero esta estaba vacía.
—Madre —la salude con beso en la mejilla—, mi padre y tu estuvieron celebrando algo especial —le dije tomando la copa vacía.
—Solo brindamos —dijo.
—¿Puedo saber el por qué?
—Claro, brindábamos porque ya conseguimos la protección que requerimos —dijo con una sonrisa.
—El ministerio accedió a darnos la protección que necesitamos —pregunté sorprendido.
El ministerio se había negado a darnos protección porque aún nos veía como si fuéramos escorias, según ellos nosotros solo habíamos tenido un golpe de suerte porque el trío de oro haya declarado a favor de los Malfoy —eso aún me parece de lo más raro, porque ayudarnos, después de cómo los trate todos esos años en Hogwarts—. Y por más que exigíamos protección, ellos solo nos contestaban ‘él que nada debe, nada teme’ —estúpidos.
—No —contestó mi madre.
—¿Entonces, cómo es eso de que ya conseguimos protección? —pregunté curioso.
—Porque tú, hijo mío te casaras —hablaba como si fuera algo sin importancia.
—¿Qué? ¿Cómo que yo me voy a casar? Y sobre todo que tiene que ver que recibamos protección con que yo me case —pregunté.
—Porque tu esposa será —hizo una pausa antes de continuar—, Hermione Granger, la heroína de guerra.
—¡¿Qué?! —grité—. Pero madre que dices, yo no me puedo casar con esa… impura, y además Granger se va a casar con Weasley.
—¿Cómo que Granger se va a casar con Weasley? —preguntó mi madre alarmada.
—Se va a casar porque es su novio, tal para cual los dos —reí.
—¿Cómo lo sabes? No ha salido nada en el profeta sobre la boda de Granger y Weasley.
—Theo me lo dijo, porque como sabes ahora Theo se habla con Lovegood, una de las amigas de Granger, y si Lovegood lo dijo es porque es cierto, me imagino que en estos días saldrá la noticia en el profeta sobre la boda de dos de los héroes de guerra.
—No puede ser cierto —dijo mi madre.
—Porque te pones así madre, acaso creías que Granger aceptaría casarse conmigo solo por ayudarnos.
—Tal vez y sí lo hubiera hecho —susurró.
—Pues yo no lo creo —afirmé.
—Tu padre le iba a enviar una nota a Granger para hablar sobre ayudarnos para conseguir protección.
—Pues mi padre ha perdido su tiempo, y cuando Granger venga solo le confirmara su boda —dije.
—¿Qué haremos ahora, Draco? —preguntó mi madre al borde de la histeria.
—Buscar otra solución madre, o simplemente enfrentarlos, no nos queda de otra.
—Estás loco, Draco, podrían matarnos.
Mi madre salió desesperada de la sala, seguramente para hablar con mi padre.
Maldita sea, ahora que haremos, como saldremos de esto.
—Draco se tiene casar —dije.
—¿Casar? —preguntó Cissy.
—Es la única solución que le encuentro a este problema, Cissy —le dije a mi esposa, que todavía no podía creer lo que le había dicho antes.
—¿Pero con quién? ¿Quién se va a querer casar con Draco, después de todo lo que hemos hecho? —preguntó confusa.
—A caso no lo adivinas.
—No, o bueno la única que se me ocurre que podría ser es Astoria Greengrass, pero ella está en la misma situación que nosotros —dijo.
—No, no mujer, por supuesto que Astoria no es la futura esposa de Draco —Cissy me miraba expectante-, la futura esposa de Draco será la heroína de guerra.
—¿Granger?, estás hablando de Granger —preguntó.
—¿Acaso hay otra heroína de guerra? —que acaso no era obvio.
Cissy sonrió nerviosa.
—¿Y crees que Granger aceptara? —pregunto Cissy.
—Ella tiene que aceptar, la convenceré —dije.
—La convencerás o la amenazaras.
—-La convenceré, Cissy, quizás con unos miles de galeones acepte —dije muy seguro, claro que aceptara, todos tienen su precio.
—Estamos hablando de Granger, Lucius, y a ella no le importa el dinero —dijo mi esposa.
—Todos tienen un precio —dije.
—Pues ella rechazara tu oferta, además por lo que sé, Granger ahora es la novia del Weasley.
Weasley no es problema.
—Ella aceptara, porque por lo que pude ver a Granger siempre le gusta hacer lo correcto.
—¿A qué te refieres con lo ‘correcto’?
—Lo correcto para Granger es ayudar a los demás, ayudar a los que necesitan protección, aun a pesar de su propia felicidad, y siendo ella la única que puede ayudarnos lo hará, porque Granger más que nadie sabe que los que decidimos abandonar a Lord Voldemort, estamos en peligro, nuestras vidas corren peligro, los mortífagos que pudieron escapar van a intentar acabar con nosotros. Ya lo intentaron con los Parkinson.
—Puede que tengas razón, Lucius, pero y si…
—-Aceptará, estoy seguro, además sin que nosotros le pidiéramos que declarara a favor nuestro en el juicio ella lo hizo, y no solo ella también Potter y Weasley.
—Sí, Granger nos ayudará, además por lo que sé, solo tendrá que estar casada con Draco un año, ya luego del año de casados se divorciaran y cada quien podrá hacer con su vida lo que quiera —dijo Cissy, al parecer ya estaba más segura con el tema de la Granger.
—Claro, con un año con que Draco esté casado con Granger bastara, para obtener la protección que necesitamos, aparte el ministerio pensara que hemos cambiado de parecer sobre los sangres impuras, siendo Granger una impura, y eso también nos hará recuperar el respeto de los demás magos.
—Brindemos por eso, cariño —me dijo Cissy, sirviendo dos copas con whiskey de fuego.
Me dio la copa.
—Salud —dijo.
—Salud —dije a la vez que chocábamos las copas.
Después de brindar, decidí enviarle una carta a Granger, para que venga lo antes posible.
—Voy a mi despacho porque le escribiré a Granger para hablar sobre el trato que le voy a proponer —le dije a Cissy.
—Esté bien —contestó mirando su copa casi llena.
POV Draco
Llegue a Malfoy Manor por red flu, me sacudí la ropa y cuando levante la mirada, vi a mi madre sentada con una copa en la mano, y otra copa sobre la mesa de centro, pero esta estaba vacía.
—Madre —la salude con beso en la mejilla—, mi padre y tu estuvieron celebrando algo especial —le dije tomando la copa vacía.
—Solo brindamos —dijo.
—¿Puedo saber el por qué?
—Claro, brindábamos porque ya conseguimos la protección que requerimos —dijo con una sonrisa.
—El ministerio accedió a darnos la protección que necesitamos —pregunté sorprendido.
El ministerio se había negado a darnos protección porque aún nos veía como si fuéramos escorias, según ellos nosotros solo habíamos tenido un golpe de suerte porque el trío de oro haya declarado a favor de los Malfoy —eso aún me parece de lo más raro, porque ayudarnos, después de cómo los trate todos esos años en Hogwarts—. Y por más que exigíamos protección, ellos solo nos contestaban ‘él que nada debe, nada teme’ —estúpidos.
—No —contestó mi madre.
—¿Entonces, cómo es eso de que ya conseguimos protección? —pregunté curioso.
—Porque tú, hijo mío te casaras —hablaba como si fuera algo sin importancia.
—¿Qué? ¿Cómo que yo me voy a casar? Y sobre todo que tiene que ver que recibamos protección con que yo me case —pregunté.
—Porque tu esposa será —hizo una pausa antes de continuar—, Hermione Granger, la heroína de guerra.
—¡¿Qué?! —grité—. Pero madre que dices, yo no me puedo casar con esa… impura, y además Granger se va a casar con Weasley.
—¿Cómo que Granger se va a casar con Weasley? —preguntó mi madre alarmada.
—Se va a casar porque es su novio, tal para cual los dos —reí.
—¿Cómo lo sabes? No ha salido nada en el profeta sobre la boda de Granger y Weasley.
—Theo me lo dijo, porque como sabes ahora Theo se habla con Lovegood, una de las amigas de Granger, y si Lovegood lo dijo es porque es cierto, me imagino que en estos días saldrá la noticia en el profeta sobre la boda de dos de los héroes de guerra.
—No puede ser cierto —dijo mi madre.
—Porque te pones así madre, acaso creías que Granger aceptaría casarse conmigo solo por ayudarnos.
—Tal vez y sí lo hubiera hecho —susurró.
—Pues yo no lo creo —afirmé.
—Tu padre le iba a enviar una nota a Granger para hablar sobre ayudarnos para conseguir protección.
—Pues mi padre ha perdido su tiempo, y cuando Granger venga solo le confirmara su boda —dije.
—¿Qué haremos ahora, Draco? —preguntó mi madre al borde de la histeria.
—Buscar otra solución madre, o simplemente enfrentarlos, no nos queda de otra.
—Estás loco, Draco, podrían matarnos.
Mi madre salió desesperada de la sala, seguramente para hablar con mi padre.
Maldita sea, ahora que haremos, como saldremos de esto.
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Re: Casada con el Enemigo de mí Hermana
La Carta
POV Hermione
Estaba en casa de Ron, mi novio, y futuro esposo, fijando la fecha de nuestra boda, todavía no lo podía creer, me iba a casar con Ron, con el único hombre al que he amado, amo y amare para toda mi vida. Aún recuerdo cuando lo conocí en el tren que nos llevaba a Hogwarts por primera vez, nunca imagine que ese niño de cabellos pelirrojos y unos lindos ojos azules me propondría matrimonio, aunque en el camino a mi felicidad se tuvo que interponer Lavender Brown, fue la novia de Ron, yo moría de celos cada vez que los veía juntos, por eso trataba de parar más tiempo en la biblioteca, no soportaba a Brown, pero a pesar de que no me caía bien, yo nunca le hubiera deseado tal final, morir tan joven, pudo haber tenido una vida hermosa, pero el destino no lo quiso así, o mejor dicho esos malditos mortífagos no le permitieron continuar con su vida. Y no solo no se lo permitieron a ella, sino también a personas que no tenían nada que ver con la guerra.
—Amor, amor… ¡Hermione! —escuche que Ron me gritó.
—Eh… ¿Qué pasa? —pregunté.
—Dímelo tú, te estuve hablando, pero no me hacías caso, te quedaste como petrificada, ¿Qué pasa? —preguntó preocupado.
—Solo pensaba —contesté.
—¿En qué?
—Mejor dicho recordaba —Ron me miró—, te acuerdas cuando nos conocimos —sonreí.
—Sí —dijo—, entraste al vagón donde Harry y yo estábamos, y nos preguntaste si habíamos visto un sapo.
—Estaba ayudando a Neville a buscar su sapo, al pobre se le escapo, al rato que nos presentamos —dije.
—Y luego nos empezaste a hablar sobre los hechizos que habías leído en los libros, yo no entendía mucho, siempre fui un poco flojo para los estudios, en cambio tú —me señalo—, siempre fuiste un cerebrito, una sabelotodo —sonrió.
—Oye —le dije a la vez que le daba un ligero golpe en el hombro—, que chistosito —él volvió a sonreír y yo no pude evitar sonreír también.
—Te amo —me dijo.
—Yo también te amo —le dije y luego me beso con delicadeza y ternura, sentí tanto amor en ese beso.
Nos separamos por falta de aire. Nos miramos fijamente y sonreímos.
—Y qué te parece si nos casamos dentro de un mes, exactamente el 20 de junio —propuso Ron.
—Dentro de un mes, genial, y que sea el 20 de junio me gusta más, adoro los números pares y además para esa fecha Ginny y Harry ya estarán de regreso de su luna de miel.
—Es cierto, ¿Cuánto tiempo lleva de luna de miel? —preguntó Ron.
—Casi un mes —dije—. Oh, por Dios…
—¿Qué? —dijo Ron, alarmado.
—Crees que en un mes podremos preparar todo para la boda.
—Cierto, ojala y podamos con todos los preparativos… en estos momentos como me gustaría tener una varita mágica para aparecer cosas y arreglar todo… como me gustaría que existiera la magia —se lamentó falsamente.
—Eres un tonto, Ronald —sonreí—, estoy hablando en serio, ¿crees que podamos con todos los preparativos? —pregunté.
—No te preocupes, Hermy, mi madre nos ayudara, ella es experta en preparar bodas, acaso no recuerdas la boda de Harry y Ginny, todo estuvo perfecto —dijo.
—Sí, tienes razón, Molly es experta en bodas, pero tampoco hay que abusar de tu madre, no se lo dejaremos todo a ella —le advertí.
—Está bien, está bien —dijo, rodando los ojos—. ¿Y cómo está la enana? —preguntó de repente.
Sabía a quién se refería cuando decía la "enana’.
—Bien, bueno más o menos, ya sabes, a veces se pone triste, sentimental.
—Le dolió mucho su muerte, los extraña mucho ¿cierto?
Asentí.
—A mí también me dolió mucho su muerte y también los extraño mucho, eran mis padres, Ron, pero yo trato de superar sus muertes, conservando los buenos recuerdos con ellos, pero definitivamente le duele más a ella porque ella era la que se quedaba en casa con ellos mientras yo estaba en Hogwarts —mis ojos se llenaron de lágrimas, pero no quería llorar, jure que ya no los lloraría, que los dejaría descansar en paz.
—¿Y cuándo nos casemos, qué pasara con ella? —preguntó.
—Aun no lo sé, Ron, no sé, no sé —dije preocupada.
—Y si se viene a vivir con nosotros —comentó.
—¿Aceptarías que ella se venga a vivir con nosotros? —pregunté sorprendida.
—Claro, amor, es tu hermana, además ella y yo nos llevamos muy bien desde que nos conocimos, yo la veo como si fuera mi hermana menor, así como a Ginny.
—Gracias, cariño —dije dándole un beso en los labios—, ojala y ella acepte, porque…
—¿Por qué? —repitió Ron.
—Porque ya sabes que ella no conoce a casi nadie de este mundo, solo a los Weasley, a Harry, Luna y Neville, y además ahora que ya termino sus estudios en el colegio, me imagino que querrá ir a la universidad.
—Pero, crees que se quiera quedar sola en esa casa tan grande, además es menor de edad y todavía tiene que hacer lo que tú le digas —dijo.
—Sí, en eso tienes razón —coincidí con él.
—Mira, ella se podría quedar aquí, en la casa mientras nosotros nos vamos de luna de miel y luego cuando regresemos se podrá ir a vivir con nosotros, y si quiere ir a estudiar a la universidad, pues… pues yo me comprometo a llevarla todos los días al mundo muggle para que asista a sus clases.
Me quede impresionada al oír hablar a sí a Ron.
—En serio harías eso por mi hermana —él asintió—, oh, gracias, gracias, gracias, gracias, amor, eso sería maravilloso —lo abrace.
—Hola, chicos —saludo Molly.
Deshicimos el abrazo cuando oímos la voz de Molly.
—Hola, mamá, hola, Molly —dijimos los dos a la vez.
—¿Qué hacen? —preguntó.
—Eh… escogimos la fecha para la boda —dijo Ron.
—Oh, y que fecha escogieron —preguntó muy entusiasmada.
—20 de junio —contesté.
—Es un mes —gritó—, tenemos que organizarlo todo muy bien, y lo primero que tenemos que ver es tu vestido de novia, Hermione…
—¿De quién es esa lechuza? —preguntó Ron, interrumpiendo a Molly.
Yo giré para ver a la lechuza —de color plomo— que entraba por la ventana y al parecer se dirigía a mí, me pregunto de quién será esa lechuza, no la reconozco.
El ave se paró junto a mí y estiro la patita para que cogiera la carta, cuando cogí la carta, la lechuza no se iba, seguramente estaba esperando mi respuesta.
—¿Quién la envía? —preguntó Ron.
—Aun no lo sé —dije y me dispuse a leer la carta.
Granger:
Iré al grano, necesito que vengas a Malfoy Manor, es muy urgente, necesito hablar contigo sobre un tema delicado que no lo podría explicar en esta carta, así que te espero hoy día, a las 6 de la tarde. Y si no puedes hoy día, entonces te espero mañana a primera hora, envíame tu respuesta.
PD: Se puntual.
L. Malfoy
—¿Quién te envía la carta? —ahora preguntó Molly.
—Lucius Malfoy —respondí aun sorprendida.
—¡¿Qué?! —gritó Ron—. Porque te envía una carta ese ex mortífago.
—No lo sé. Pero tomo léelo si quieres —el me recibió la carta que le ofrecía.
Veía a Ron cada vez más rojo de la rabia al leer la carta, estaba tan rojo como su cabello y ahora también tiene el ceño fruncido.
—No pensarás ir ¿verdad? —no le contesté, porque ni yo misma sabía si ir o no—, Hermione, espero que tu silencio no sea una afirmación.
—En la carta me pone que es urgente que hable con él y que es un tema delicado —dije.
—No, Hermione, no debes ir —dijo Ron evidentemente enojado.
—Yo creo que Ron tiene razón, Hermione —dijo Molly.
¿Qué hago?, ¡Merlín! ¿Qué debo hacer? Ir o no ir, podría ser algo de verdad muy importante, tanto como para que Lucius Malfoy se atreva a enviarme una carta.
Sí, ahora ya sé que debo asistir a su entrevista.
—Ron, creo que debo ir.
—No, no, Hermione, podría ser una trampa —dijo Ron.
—Ron, cuando más rápido salga de esto mejor. Le enviare la respuesta de que hoy iré.
Molly ya no dijo nada, al parecer no se quería meter en nuestra pequeña discusión.
—Que terca eres —dijo Ron muy enojado, yo solo lo miré, no pensaba cambiar de opinión—. Está bien, pero por lo menos podré acompañarte —dijo.
—Sabía que no me dejarías sola en esto —le sonreí.
Enseguida escribí la respuesta y se la di a la lechuza, esta se fue de inmediato.
—Ya no estés enojado, amor —le dije poniendo un dedo en su ceño fruncido, él relajo el rostro al sentir mi contacto.
—No confió en él —dijo Ron—, pero tienes razón cuando más rápido salgamos de esto mejor.
Luego de una hora aparecimos en la puerta de la Malfoy Manor, toque la puerta y un elfo domestico abrió la puerta y nos dejó pasar.
—Los amos, la esperan señorita —dijo el elfo—. Por aquí —nos señaló el camino.
Cuando pasamos al despacho de vimos a Nacisa, Lucius Malfoy, pero al que más me sorprendió ver es a Draco, no lo veía desde el juicio, creí que seguía en España.
Draco estaba sentado en un sofá de cuero negro y nos miraba indiferente.
—Buenas tardes —salude a todos en general.
—Granger —dijo Lucius al verme—, y Weasley, creí solo haberte citado a ti Granger.
—Donde va Hermione, voy yo —dijo Ron a la defensiva—. No la iba a dejar venir sola.
—Está bien, no importa —dijo Narcisa, Draco solo sonrió.
—Bien, tomen asiento —dijo Lucius, Ron y yo no sentamos al frente del escritorio.
—¿Para qué me cito? –mi voz sonó firme.
—Ya sabes sobre el ataque a los Parkinson ¿verdad? —dijo Lucius, yo asentí—, bien, el tema principal es que el ministerio no nos quieren dar protección, nuestras vidas corren peligro.
—¿Y qué tengo ver yo con eso? —pregunté confusa.
—Tienes mucho que ver con esto, porque la única solución que encontré para que nos den protección es que tú, Granger —me señaló con el dedo—, te cases con Draco.
—¡¿Qué?! —gritó Ron.
¿Qué fue lo que dijo? ¿Qué YO, me case con Draco? Acaso está loco, nunca, nunca me casaría con él, primero porque no lo amo, y segundo porque nunca congeniamos, ni siquiera fuimos amigos todo el tiempo que estuvimos en Hogwarts.
—No lo permitiré —volvió a gritar Ron.
—Es chiste ¿verdad? —dije.
—Acaso nos ves riéndonos, Granger —contestó Narcisa.
Miré a Lucius estaba serio, y luego volteé a ver a Draco que también estaba serio, no protesto cuando escucho lo que dijo su padre, acaso él estaba de acuerdo con esta locura.
—Mira Granger, te tienes que casar con Draco, solo será por un año, solo tendrás que fingir ser su esposa por un año, y así el ministerio viendo que la heroína de guerra se va a casar con un Malfoy, automáticamente nos darían la protección que requerimos —explicó Lucius.
—Eso no va hacer posible, Hermione y yo nos casaremos dentro de un mes —gritó Ron.
—Weasley, solo será por un año, solo tendrás que esperar por Granger un año, no es mucho, a cambio nosotros te podremos dar una buena cantidad de galeones por tu espera —dijo Narcisa.
—Están tratando de decirme que les alquile a mi prometida por un año —Ron y yo estábamos sorprendidos y enojados por el descaro de Narcisa.
¿Cómo se atrevía a proponernos ese disparate? ¿Y qué pasa con Draco Malfoy? ¿Por qué no dice nada? ¿Por qué no protesta?
—Lo siento, pero no haré eso que me proponen —dije tajante.
—Por supuesto no lo harás, Hermione —dijo Ron—, sobre mi cadáver permitiría que aceptaras tal cosa.
—Entiende Weasley, Granger es la única mujer que estuvo en la búsqueda de los horrocruxes contigo y Potter, o sea ella es la única que nos puede ayudar en esto, que acaso no entiendes cuando digo que nuestras vidas corren peligro —dijo Lucius.
—Pues tendrán que buscarse otra solución —dijo Ron, temía que esto se convirtiera en una pelea, Ron estaba a punto de sacar su varita.
—Solo será un año, Weasley, y como ya dije siendo Granger la única mujer que los acompañaba a Potter, entonces ella es la única que puede ayudarnos —volvió a decir Lucius.
—Hermione no era la única chica que nos acompañaba a Harry a mí en la búsqueda de los horrocruxes —gritó Ron fuera de sí.
—Ronald —le grité.
Se suponía que nunca debía mencionar eso, para el mundo mágico solo nosotros dos nos habíamos ido con Harry en su búsqueda. Prometimos no decir nada sobre aquello.
—¿Qué? —susurró Narcisa.
—Los acompañaba otra chica —habló por primera vez Draco.
Estaba en casa de Ron, mi novio, y futuro esposo, fijando la fecha de nuestra boda, todavía no lo podía creer, me iba a casar con Ron, con el único hombre al que he amado, amo y amare para toda mi vida. Aún recuerdo cuando lo conocí en el tren que nos llevaba a Hogwarts por primera vez, nunca imagine que ese niño de cabellos pelirrojos y unos lindos ojos azules me propondría matrimonio, aunque en el camino a mi felicidad se tuvo que interponer Lavender Brown, fue la novia de Ron, yo moría de celos cada vez que los veía juntos, por eso trataba de parar más tiempo en la biblioteca, no soportaba a Brown, pero a pesar de que no me caía bien, yo nunca le hubiera deseado tal final, morir tan joven, pudo haber tenido una vida hermosa, pero el destino no lo quiso así, o mejor dicho esos malditos mortífagos no le permitieron continuar con su vida. Y no solo no se lo permitieron a ella, sino también a personas que no tenían nada que ver con la guerra.
—Amor, amor… ¡Hermione! —escuche que Ron me gritó.
—Eh… ¿Qué pasa? —pregunté.
—Dímelo tú, te estuve hablando, pero no me hacías caso, te quedaste como petrificada, ¿Qué pasa? —preguntó preocupado.
—Solo pensaba —contesté.
—¿En qué?
—Mejor dicho recordaba —Ron me miró—, te acuerdas cuando nos conocimos —sonreí.
—Sí —dijo—, entraste al vagón donde Harry y yo estábamos, y nos preguntaste si habíamos visto un sapo.
—Estaba ayudando a Neville a buscar su sapo, al pobre se le escapo, al rato que nos presentamos —dije.
—Y luego nos empezaste a hablar sobre los hechizos que habías leído en los libros, yo no entendía mucho, siempre fui un poco flojo para los estudios, en cambio tú —me señalo—, siempre fuiste un cerebrito, una sabelotodo —sonrió.
—Oye —le dije a la vez que le daba un ligero golpe en el hombro—, que chistosito —él volvió a sonreír y yo no pude evitar sonreír también.
—Te amo —me dijo.
—Yo también te amo —le dije y luego me beso con delicadeza y ternura, sentí tanto amor en ese beso.
Nos separamos por falta de aire. Nos miramos fijamente y sonreímos.
—Y qué te parece si nos casamos dentro de un mes, exactamente el 20 de junio —propuso Ron.
—Dentro de un mes, genial, y que sea el 20 de junio me gusta más, adoro los números pares y además para esa fecha Ginny y Harry ya estarán de regreso de su luna de miel.
—Es cierto, ¿Cuánto tiempo lleva de luna de miel? —preguntó Ron.
—Casi un mes —dije—. Oh, por Dios…
—¿Qué? —dijo Ron, alarmado.
—Crees que en un mes podremos preparar todo para la boda.
—Cierto, ojala y podamos con todos los preparativos… en estos momentos como me gustaría tener una varita mágica para aparecer cosas y arreglar todo… como me gustaría que existiera la magia —se lamentó falsamente.
—Eres un tonto, Ronald —sonreí—, estoy hablando en serio, ¿crees que podamos con todos los preparativos? —pregunté.
—No te preocupes, Hermy, mi madre nos ayudara, ella es experta en preparar bodas, acaso no recuerdas la boda de Harry y Ginny, todo estuvo perfecto —dijo.
—Sí, tienes razón, Molly es experta en bodas, pero tampoco hay que abusar de tu madre, no se lo dejaremos todo a ella —le advertí.
—Está bien, está bien —dijo, rodando los ojos—. ¿Y cómo está la enana? —preguntó de repente.
Sabía a quién se refería cuando decía la "enana’.
—Bien, bueno más o menos, ya sabes, a veces se pone triste, sentimental.
—Le dolió mucho su muerte, los extraña mucho ¿cierto?
Asentí.
—A mí también me dolió mucho su muerte y también los extraño mucho, eran mis padres, Ron, pero yo trato de superar sus muertes, conservando los buenos recuerdos con ellos, pero definitivamente le duele más a ella porque ella era la que se quedaba en casa con ellos mientras yo estaba en Hogwarts —mis ojos se llenaron de lágrimas, pero no quería llorar, jure que ya no los lloraría, que los dejaría descansar en paz.
—¿Y cuándo nos casemos, qué pasara con ella? —preguntó.
—Aun no lo sé, Ron, no sé, no sé —dije preocupada.
—Y si se viene a vivir con nosotros —comentó.
—¿Aceptarías que ella se venga a vivir con nosotros? —pregunté sorprendida.
—Claro, amor, es tu hermana, además ella y yo nos llevamos muy bien desde que nos conocimos, yo la veo como si fuera mi hermana menor, así como a Ginny.
—Gracias, cariño —dije dándole un beso en los labios—, ojala y ella acepte, porque…
—¿Por qué? —repitió Ron.
—Porque ya sabes que ella no conoce a casi nadie de este mundo, solo a los Weasley, a Harry, Luna y Neville, y además ahora que ya termino sus estudios en el colegio, me imagino que querrá ir a la universidad.
—Pero, crees que se quiera quedar sola en esa casa tan grande, además es menor de edad y todavía tiene que hacer lo que tú le digas —dijo.
—Sí, en eso tienes razón —coincidí con él.
—Mira, ella se podría quedar aquí, en la casa mientras nosotros nos vamos de luna de miel y luego cuando regresemos se podrá ir a vivir con nosotros, y si quiere ir a estudiar a la universidad, pues… pues yo me comprometo a llevarla todos los días al mundo muggle para que asista a sus clases.
Me quede impresionada al oír hablar a sí a Ron.
—En serio harías eso por mi hermana —él asintió—, oh, gracias, gracias, gracias, gracias, amor, eso sería maravilloso —lo abrace.
—Hola, chicos —saludo Molly.
Deshicimos el abrazo cuando oímos la voz de Molly.
—Hola, mamá, hola, Molly —dijimos los dos a la vez.
—¿Qué hacen? —preguntó.
—Eh… escogimos la fecha para la boda —dijo Ron.
—Oh, y que fecha escogieron —preguntó muy entusiasmada.
—20 de junio —contesté.
—Es un mes —gritó—, tenemos que organizarlo todo muy bien, y lo primero que tenemos que ver es tu vestido de novia, Hermione…
—¿De quién es esa lechuza? —preguntó Ron, interrumpiendo a Molly.
Yo giré para ver a la lechuza —de color plomo— que entraba por la ventana y al parecer se dirigía a mí, me pregunto de quién será esa lechuza, no la reconozco.
El ave se paró junto a mí y estiro la patita para que cogiera la carta, cuando cogí la carta, la lechuza no se iba, seguramente estaba esperando mi respuesta.
—¿Quién la envía? —preguntó Ron.
—Aun no lo sé —dije y me dispuse a leer la carta.
Granger:
Iré al grano, necesito que vengas a Malfoy Manor, es muy urgente, necesito hablar contigo sobre un tema delicado que no lo podría explicar en esta carta, así que te espero hoy día, a las 6 de la tarde. Y si no puedes hoy día, entonces te espero mañana a primera hora, envíame tu respuesta.
PD: Se puntual.
L. Malfoy
—¿Quién te envía la carta? —ahora preguntó Molly.
—Lucius Malfoy —respondí aun sorprendida.
—¡¿Qué?! —gritó Ron—. Porque te envía una carta ese ex mortífago.
—No lo sé. Pero tomo léelo si quieres —el me recibió la carta que le ofrecía.
Veía a Ron cada vez más rojo de la rabia al leer la carta, estaba tan rojo como su cabello y ahora también tiene el ceño fruncido.
—No pensarás ir ¿verdad? —no le contesté, porque ni yo misma sabía si ir o no—, Hermione, espero que tu silencio no sea una afirmación.
—En la carta me pone que es urgente que hable con él y que es un tema delicado —dije.
—No, Hermione, no debes ir —dijo Ron evidentemente enojado.
—Yo creo que Ron tiene razón, Hermione —dijo Molly.
¿Qué hago?, ¡Merlín! ¿Qué debo hacer? Ir o no ir, podría ser algo de verdad muy importante, tanto como para que Lucius Malfoy se atreva a enviarme una carta.
Sí, ahora ya sé que debo asistir a su entrevista.
—Ron, creo que debo ir.
—No, no, Hermione, podría ser una trampa —dijo Ron.
—Ron, cuando más rápido salga de esto mejor. Le enviare la respuesta de que hoy iré.
Molly ya no dijo nada, al parecer no se quería meter en nuestra pequeña discusión.
—Que terca eres —dijo Ron muy enojado, yo solo lo miré, no pensaba cambiar de opinión—. Está bien, pero por lo menos podré acompañarte —dijo.
—Sabía que no me dejarías sola en esto —le sonreí.
Enseguida escribí la respuesta y se la di a la lechuza, esta se fue de inmediato.
—Ya no estés enojado, amor —le dije poniendo un dedo en su ceño fruncido, él relajo el rostro al sentir mi contacto.
—No confió en él —dijo Ron—, pero tienes razón cuando más rápido salgamos de esto mejor.
Luego de una hora aparecimos en la puerta de la Malfoy Manor, toque la puerta y un elfo domestico abrió la puerta y nos dejó pasar.
—Los amos, la esperan señorita —dijo el elfo—. Por aquí —nos señaló el camino.
Cuando pasamos al despacho de vimos a Nacisa, Lucius Malfoy, pero al que más me sorprendió ver es a Draco, no lo veía desde el juicio, creí que seguía en España.
Draco estaba sentado en un sofá de cuero negro y nos miraba indiferente.
—Buenas tardes —salude a todos en general.
—Granger —dijo Lucius al verme—, y Weasley, creí solo haberte citado a ti Granger.
—Donde va Hermione, voy yo —dijo Ron a la defensiva—. No la iba a dejar venir sola.
—Está bien, no importa —dijo Narcisa, Draco solo sonrió.
—Bien, tomen asiento —dijo Lucius, Ron y yo no sentamos al frente del escritorio.
—¿Para qué me cito? –mi voz sonó firme.
—Ya sabes sobre el ataque a los Parkinson ¿verdad? —dijo Lucius, yo asentí—, bien, el tema principal es que el ministerio no nos quieren dar protección, nuestras vidas corren peligro.
—¿Y qué tengo ver yo con eso? —pregunté confusa.
—Tienes mucho que ver con esto, porque la única solución que encontré para que nos den protección es que tú, Granger —me señaló con el dedo—, te cases con Draco.
—¡¿Qué?! —gritó Ron.
¿Qué fue lo que dijo? ¿Qué YO, me case con Draco? Acaso está loco, nunca, nunca me casaría con él, primero porque no lo amo, y segundo porque nunca congeniamos, ni siquiera fuimos amigos todo el tiempo que estuvimos en Hogwarts.
—No lo permitiré —volvió a gritar Ron.
—Es chiste ¿verdad? —dije.
—Acaso nos ves riéndonos, Granger —contestó Narcisa.
Miré a Lucius estaba serio, y luego volteé a ver a Draco que también estaba serio, no protesto cuando escucho lo que dijo su padre, acaso él estaba de acuerdo con esta locura.
—Mira Granger, te tienes que casar con Draco, solo será por un año, solo tendrás que fingir ser su esposa por un año, y así el ministerio viendo que la heroína de guerra se va a casar con un Malfoy, automáticamente nos darían la protección que requerimos —explicó Lucius.
—Eso no va hacer posible, Hermione y yo nos casaremos dentro de un mes —gritó Ron.
—Weasley, solo será por un año, solo tendrás que esperar por Granger un año, no es mucho, a cambio nosotros te podremos dar una buena cantidad de galeones por tu espera —dijo Narcisa.
—Están tratando de decirme que les alquile a mi prometida por un año —Ron y yo estábamos sorprendidos y enojados por el descaro de Narcisa.
¿Cómo se atrevía a proponernos ese disparate? ¿Y qué pasa con Draco Malfoy? ¿Por qué no dice nada? ¿Por qué no protesta?
—Lo siento, pero no haré eso que me proponen —dije tajante.
—Por supuesto no lo harás, Hermione —dijo Ron—, sobre mi cadáver permitiría que aceptaras tal cosa.
—Entiende Weasley, Granger es la única mujer que estuvo en la búsqueda de los horrocruxes contigo y Potter, o sea ella es la única que nos puede ayudar en esto, que acaso no entiendes cuando digo que nuestras vidas corren peligro —dijo Lucius.
—Pues tendrán que buscarse otra solución —dijo Ron, temía que esto se convirtiera en una pelea, Ron estaba a punto de sacar su varita.
—Solo será un año, Weasley, y como ya dije siendo Granger la única mujer que los acompañaba a Potter, entonces ella es la única que puede ayudarnos —volvió a decir Lucius.
—Hermione no era la única chica que nos acompañaba a Harry a mí en la búsqueda de los horrocruxes —gritó Ron fuera de sí.
—Ronald —le grité.
Se suponía que nunca debía mencionar eso, para el mundo mágico solo nosotros dos nos habíamos ido con Harry en su búsqueda. Prometimos no decir nada sobre aquello.
—¿Qué? —susurró Narcisa.
—Los acompañaba otra chica —habló por primera vez Draco.
Renesmee Cullen de Malfoy- Cantidad de envíos : 16
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